Para lograr un dormitorio Zen es importante conservar el equilibrio, buscar la armonía y preservar la sencillez. Esto se logra con una adecuada disposición de los muebles, luz tenue, colores suaves y formas bien definidas.
Los pilares fundamentales del Zen se basan en la combinación de elementos que irradian paz y tranquilidad al ambiente. La creatividad, el equilibrio y el contacto con la naturaleza son esenciales para conseguir el clima oriental característico.
Encontrar la naturaleza
Uno de los materiales fundamentales de un dormitorio Zen es la madera. La madera simboliza el contacto con la naturaleza, el reencuentro con la misma a través de la cama, los muebles, que deberán tener bordes bien definidos, en colores oscuros bien contrastantes con las paredes claras (blancas preferentemente) de la habitación. La sobriedad es la clave del equilibrio. Paredes despejadas, libres de adornos, muebles con simples decorativos como piedras en cristal o un solo cuadro de marco de madera oscura, hacen de la habitación un ambiente muy Zen.
La luz natural
Lo ideal es que la cama esté orientada hacia la luz natural o luz diurna y que la iluminación durante la noche sea tenue u oculta. Con las paredes pintadas de blanco y una manta o acolchado del mismo color se consigue un perfecto ambiente Zen colmado de equilibrio, paz y tranquilidad.
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